Cambio de siglo y ansias de progreso

Durante todo el siglo XIX, La Paz fue la primera ciudad de Bolivia y en muchos casos sede de los gobiernos nacionales. Tras la Revolución Federal de 1898, que instaló el gobierno definitivamente en La Paz, esta ciudad se fue convirtiendo de a poco en un polo de desarrollo, donde se concentraban las energías económicas y sociales. Este hecho fue respaldado por el afianzamiento de la economía del estaño que desplazó el eje Potosí-Sucre a La Paz-Oruro. Así, muchos cochabambinos, cansados de su vida casi aldeana, dejaron la Llajta para probar suerte en La Paz.

Plaza central a inicios del siglo XX
Plaza central de Cochabamba a inicios del siglo XX

Atraídos por las perspectivas de progreso en la pujante ciudad, no sólo los obreros y artesanos buscaron su radicatoria en ésta, sino también gente de clase media, entre ellos estudiantes y egresados de Derecho en busca de cargos públicos, cargos menores en el comercio, la industria u otras ocupaciones independientes.

Guano y salitre

Pero más allá de nuestras fronteras, a las pampas del Litoral recientemente arrebatado por Chile a Bolivia, se constituyeron en otro foco de atención para los migrantes que buscaban mejores oportunidades laborales. Los campamentos de explotación de guano y salitre contaron también con la fuerza de trabajo de muchos cochabambinos. Sin embargo, el trabajo minero consumió la salud de muchos vallunos, algunos de los cuales volvieron, después de muchos años, a su natal Cochabamba, aniquilados por enfermedades como la tuberculosis o la silicosis. Terminaron sus vidas en medio de la enfermedad y la pobreza.

Simón I. Patiño

Entre aquellos ‘qhochalas’ que alcanzaron la gloria fuera de Cochabamba, se encontraba Simón Iturri Patiño (1860-1947), quien fue una de las figuras más célebres de la historia nacional, con gran influencia en la economía boliviana del siglo XIX.

Nació en la provincia Santiváñez. Se trasladó a Oruro, donde comenzó a interesarse en la minería, en un período en el que se evidenciaba la caída de la plata.

Simón Iturri Patiño y su esposa Albina Rodríguez.
Simón Iturri Patiño y su esposa Albina Rodríguez

En 1900 descubrió en Llallagua la reserva estañífera más grande del mundo. Hasta 1910 su fortuna se consolidó y la modernización y mecanización de sus minas fue vertiginosa. Adquirió minas en Llallagua, Catavi, Siglo XX, Uncía y Huanuni. Posteriormente, compró empresas en Estados Unidos, Alemania, Inglaterra. También su poder económico llegó a África, Asia y Oceanía. Controló buena parte del mercado mundial de estaño.

Radicó en Europa y Estados Unidos. Murió en Argentina.

Legado de Patiño

Fundación Patiño

En 1931, Simón I. Patiño tuvo la idea de crear en La Paz la Fundación Universitaria Simón I. Patiño, cuyo principal objetivo era formar una élite intelectual que permitiese al país deshacerse de su dependencia para con los especialistas extranjeros.

Banco Mercantil

Simón I. Patiño estableció en 1906 el Banco Mercantil, el mismo que se encuentra hoy en la esquina de la calle Nataniel Aguirre y Calama. Aparte, construye dos suntuosos palacios, uno en la ciudad (actual centro cultural) y otro en Pairumani (Villa Albina).